A menudo me inspira lo que leo y esta vez fue una lectura de Marie-Louise Von Franz sobre alquimia.
El uroboros, la serpiente que se muerde la cola, es un símbolo ampliamente utilizado en diferentes culturas. Simboliza el ciclo eterno de las cosas, la naturaleza cíclica, el eterno retorno.
Representa el renacer y la unidad de todas las cosas que nunca desaparecen sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y creación. Asimismo, es la infinitud.
Es el mándala básico de la alquimia representando la naturaleza circular de la Gran Obra del alquimista que une los opuestos, lo
consciente y lo inconsciente.
El uroboro se encuentra en un ritual constante de “autotragamiento”.
Este que he modelado está inspirado en la más antigua representación que se conoce que aparece en el Codex marcianus. Muestra la inscripción: εν το παν, Hen to pan, “Todo es uno”.
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